Publicada pocos años antes de su muerte, esta obra de Paul Ricoeur completa el itinerario de una filosofía moral y política dedicada al tema de la justicia y desarrolla los trabajos recogidos en Lo justo 1 (1999) y Amor y justicia (1993). Ricoeur parte de un sentido originario de la justicia donde «lo justo» no se plantea como nombre o categoría abstracta sino como adjetivo sustantivado. No se trata de un valor abstracto sino de un valor cuyo alcance, precisión y sentido depende de su realización en la unidad de la vida humana. Recuperando el sentido originario que ya aparecía en los diálogos socráticos de Platón, lo justo describe, delimita y realiza la praxis de la justicia.
Este análisis es productivo en la ética aplicada porque plantea la «aplicación» de una manera originaria y original, no como una actividad posterior o ajena a la fundamentación sino como un ejercicio de interpretación filosófica y creatividad moral. Al entender así la ética aplicada, a través de lo justo surgen las cuestiones centrales de la filosofía de Paul Ricoeur: una antropología del ser humano capaz, una hermenéutica de la acción y de la imaginación, una reconstrucción de la historia de la filosofía práctica y, también, una ética de la justa distancia.
Esta hermenéutica de lo justo como ética aplicada es el hilo conductor de las tres partes de la obra: estudios, lecturas y ejercicios. Continúa en ella Ricoeur el debate con la filosofía moral contemporánea (Rawls, Taylor, Apel y Habermas), situándolo en una nueva perspectiva filosófica, y ello por dos razones: en primer lugar, amplía el horizonte histórico, retomando la matriz aristotélica de la filosofía moral (saber prudencial, verdad, bondad) y, en segundo lugar, porque abre horizontes inexplorados para una antropología personalista y comunitaria en tiempos de globalización (solicitud crítica, transculturalidad, hospitalidad).