En poco más de setenta años, desde 1930 hasta nuestros días, las transformaciones y los intentos de reforma experimentados en América Latina han sido de tal magnitud y de tal alcance que no es exagerado afirmar que es imposible tener una comprensión real de ellos sin un estudio detallado de sus principios y causas.
Acontecimientos como la Revolución Mexicana, la aparición de movimientos agrarios, la intensa historia electoral a pesar de la presencia en algunos países de regímenes dictatoriales, las distintas corrientes indigenistas, la Teología de la Liberación o la notable trascendencia de la literatura y las artes plásticas han marcado el siglo XX en Latinoamérica.
Otros hechos de escala planetaria como las secuelas del ciclo de crisis económicas, la aparición de movimientos totalitarios o el paso de un sistema multipolar a otro bipolar en la estructura de poder internacional después de la Segunda Guerra Mundial, que introdujo una lucha de dimensiones ideológicas, geopolíticas y militares, han influido también en el curso político, económico y social de la región. Han sido marcados por este esquema los numerosos movimientos revolucionarios y sociales, y los distintos tipos de intervencionismo. La implosión de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría fueron transformaciones del orden internacional que trazaron la transición de la década de los ochenta a la de los noventa.