Son muchos los críticos que siembran pesimismo escudándose en las desigualdades sociales, sin considerar la escasa sensibilidad de las sociedades preindustriales hacia la pobreza, y desconociendo el acusado descenso del número de personas que viven todavía hoy por debajo del umbral de la pobreza extrema que se encuentra en torno al diez por ciento de la población mundial, frente al cuarenta por ciento de hace sólo treinta años. Si la globalización ha castigado a algunos, estas son las clases medias de los países desarrollados.
En un futuro cercano las hambrunas y el analfabetismo quedarán erradicados si las guerras no lo impiden, y muchos países podrán doblar su renta per cápita en veinte años, cuando hoy necesitan casi treinta. Pero la presión que esto generará sobre los recursos mundiales exige la puesta en práctica de “políticas de oferta sostenibles” que sustituyan a las aplicadas hasta ahora y que terminan elevando los endeudamientos de todo género, y que han quedado obsoletas.
José Antonio de Aguirre , tras un breve paso por el mundo de la enseñanza universitaria, ha desarrollado toda su carrera como economista profesional, primero al servicio del Ministerio de Hacienda y más tarde en las Bolsas de Valores de Bilbao, Barcelona y Madrid. En la década de los ochenta jugó un papel destacado en la introducción en España de las teorías de James Buchanan y su escuela, propiciando la traducción a nuestra lengua de algunas obras básicas de su enfoque doctrinal como El cálculo del consenso, El poder fiscal y La razón de las normas. Fruto de esta colaboración es su libro sobre El poder de emitir dinero (1985). En los años noventa fundó la Biblioteca de Grandes Economistas del Siglo Veinte, que incorporó al español las obras básicas de Böhm-Bawerk, Wicksell, Hayek y Fisher, así como una edición crítica de la Teoría general del empleo, el interés y el dinero, de John Maynard Keynes. Su libro El capitalismo y la riqueza de las naciones (2009) explica el grado de confusión reinante en la gran moda del siglo pasado: la teoría macroeconómica. Y estas lecciones breves, escritas a vuelapluma, son una reflexión suscitada por el libro que escribió junto a Juan Castañeda Fernández —un buen conocedor de los entresijos de la política monetaria—, Una crisis económica sorprendente, que apareció el año pasado en esta misma colección.