Este ensayo de Eugen von Böhm-Bawerk, escrito poco antes de la muerte del Autor (ocurrida el 27 de agosto de 1914), ha sido calificado como «una de las más fecundas aportaciones a la teoría económica y a las ciencias sociales» de este ilustre representante de la Escuela austriaca y de la vida cultural y política de la Gran Viena.
Se centra el trabajo de Böhm-Bawerk en la idea de que «en la vida económica existen unas leyes contra las cuales la voluntad humana, aunque sea la del Estado con todo su poder, resulta impotente, y que ni siquiera las fuerzas sociales pueden desviar la corriente de los fenómenos económicos de un comportamiento impuesto imperativamente por el poder de las fuerzas económicas». En la línea de su maestro, Carl Menger, Böhm-Bawerk afirma la primacía absoluta de lo teórico, es decir, de unas leyes que ciertamente pueden quebrantarse, pero nunca impunemente. En la vida económica no valen voluntarismos, por más «contundentes» que pretendan ser, pues el quebrantamiento de esas leyes, aunque sea con la mejor voluntad, no es nunca gratuito, al margen de su ineficacia, y a veces puede tener consecuencias desastrosas e incluso trágicas.
El punto de mira crítico de este ensayo es, sobre todo, la Joven Escuela histórica de economía alemana, representada principalmente por Schmoller y sus seguidores, que al negar la posibilidad de unas leyes generales y abstractas y centrar toda la función de la economía política en la descripción de lo único e irrepetible, pretendía poner en su lugar un poder político libre de vínculos y condiciones, dando así lugar a un intervencionismo generalizado. De la Joven Escuela histórica alemana ya casi nadie se acuerda, pero el meollo intervencionista y voluntarista de su inspiración de fondo sigue teniendo plena vigencia.