De los acompañamientos pianístico en directo de las salas del cine mudo a las bandas sonoras originales de hoy, que mezclan composiciones sinfónicas con selecciones de músicas contemporáneas, canciones populares y sonidos electrónicos, la historia del cine también es una historia de la música.
Con la llegada del cine sonoro y el nacimiento de la profesión de compositor cinematográfico se abre al fin la posibilidad de que los cineastas controlen la música de sus películas. Si en Hollywood Max Steiner impone un estándar que bebe del romanticismo europeo, los grandes cineastas, en colaboración con los músicos, inventan otras relaciones entre música e imágenes. De Jean Renoir a David Lynch, de Maurice Jaubert a Danny Elfman, compositores de imágenes y compositores de sonidos se dan cita para crear juntos una única obra: el film.