Trenos
Aunque el cenit de la literatura polaca suele estar asociado a sus grandes autores románticos, ya en el siglo XVI Jan Kochanowski había elevado al más alto nivel literario la lengua
del país. Y es que, verdadero humanista y hombre del Renacimiento, Kochanowski desplegó a lo largo de toda su obra una abrumadora erudición filológica, filosófica e histórica. Que supo combinar
perfectamente con una sutilísima expresividad artística. Entre toda su producción, los «Trenos» (1580), un delicado conjunto de elegías dedicado a su hija Úrsula. Muerta con solo dos años y medio,
brillan con especial intensidad, y es que no habrá en toda la literatura polaca otras voces o sensibilidades que puedan equipararse a su ingenio, calidad expresiva y maestría compositiva hasta que
Adam Mickiewicz, ya en el XIX, haga su aparición.
AUTOR: JAN KOCHANOWSKI, (1530 – 22 de agosto de 1584), (en latín Ioannes Cochanovius, a veces escrito Juan Cocanovio en español), fue un gran poeta, traductor y escritor del Renacimiento
y el Humanismo en Polonia, quien estableció modelos poéticos que llevarían al lenguaje literario polaco a su plenitud. Se le considera normalmente como el mayor poeta polaco del período anterior al
siglo XIX.
Hijo de Pedro Kochanowski, del clan Korwin, (se pronuncian ‘Kojanofski’ y ‘Korvin’ en polaco), quien era magistrado de la ciudad de Sandomierz, Juan Kochanowski nace en Sycyna, próximo a la ciudad
de Radom en Polonia. Se conoce poco de su infancia. A los catorce años, poseedor de un latín fluido, de acuerdo a la educación de la Nobleza a la que pertenecía, fue enviado a Cracovia a estudiar en la
«Academia de Cracovia», actual Universidad Jagellónica.