«De la garçonne a la pin-up» despliega las dos producciones de la feminidad más importantes del siglo XX. La primera se construye alrededor de la Primera Guerra Mundial y es impensable sin el importante movimiento de mujeres que conocemos bajo las denominaciones de «sufragismo» y «feminismo».
La segunda tiene que ver con los cambios económicos, sociales y culturales ocurridos hacia la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto no podría concebirse sin los autoritarismos que proliferaron por todo Occidente. Y si la primera trató de romper con el viejo orden victoriano que encorsetaba la vida de las mujeres, la segunda trata de darle marcha atrás a la libertad que estaban alcanzando las costumbres y los modos de vida de las mujeres modernas. Expresión de un período de acción política enérgica, la «garçonne» aporta la novedad de la libertad y la masculinización de las mujeres. Fruto de una época de reacción, la «pin-up» asumió la reconstrucción de la feminidad como sometimiento.
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