Los descubrimientos y hallazgos de la ciencia tienen hoy un impacto integral sobre toda la población, hasta el punto de que vivimos en una sociedad del riesgo global (pensemos en los efectos de las catástrofes nucleares, de las pandemias universales, de las crisis alimentarias mundiales, etc.) donde la sociedad civil no puede ser un objeto paciente, sino, al contrario, un sujeto activo que tiene el derecho y la obligación de participar en la cogestión de la ciencia y el conocimiento.
La revolución digital, la promesa que encierra Internet, es la de empoderarnos como ciudadanos en el ejercicio de esa cogestión responsable, la de capacitarnos para trabajar colaborativamente en la construcción de una nueva forma de inteligencia colectiva, la de crear ciudadanos capaces de interpretar críticamente la realidad interpelando a la ciencia misma. «!Todos sabios!» es a la vez el deseo y la apelación a que la sabiduría y el conocimiento sea cosa de todos.