La terapia cognitiva conductual (TCC) es probablemente el marco psicoterapéutico más eficaz para los niños y adolescentes con trastornos emocionales (por ejemplo, ansiedad, depresión, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos relacionados con el trauma y el estrés, etc.).A pesar de que los trastornos emocionales en los niños y jóvenes con frecuencia se solapan o coexisten, una gran parte de las terapias eficaces de las que disponemos para la población infanto-juvenil se dirigen únicamente a un trastorno emocional o a un subconjunto pequeño de trastornos de este tipo.
Los protocolos unificados para el tratamiento transdiagnóstico de los trastornos emocionales en niños y adolescentes, basados en las innovadoras investigaciones de Jill Ehrenreich-May, David H. Barlow y colaboradores, proponen que puede existir un método más simple y eficiente de utilizar estrategias eficaces, como las incluidas habitualmente en la TCC, de forma que pueda abordarse la amplia gama de síntomas emocionales en niños y adolescentes. Los protocolos unificados para niños y adolescentes posibilitan esto al enmarcar estrategias efectivas en el lenguaje general de emociones fuertes o intensas, de una forma más genérica, y al enfocar el cambio a través de una lente común que se aplica a través de los trastornos emocionales.
Los protocolos unificados para niños y adolescentes ayudan a los jóvenes permitiéndoles centrarse en un objetivo concreto a través de los trastornos emocionales como reducir los estados emocionales negativos e intensos mediante la extinción del distrés y ansiedad que producen estas emociones, a través de la educación focalizada en la emoción, técnicas de conciencia plena, estrategias cognitivas y de resolución de problemas, y una gran variedad de estrategias conductuales, que incluyen una gama completa de técnicas de exposición y activación conductual.
El protocolo unificado para niños y adolescentes está compuesto por un manual del terapeuta y dos manuales del paciente, uno para niños y otro para adolescentes.