El progreso acelerado del conocimiento científico y de la tecnología ha hecho que vaya siendo posible disponer cada vez de más medios capaces de actuar sobre la vida de los hombres, en cualquiera de sus estadios de desarrollo, desde la concepción –y antes – hasta la muerte. Y es de prever que el proceso continúe en los tiempos venideros.
El enorme potencial que suponen ese conocimiento y esa tecnología, ha suscitado grandes esperanzas en la humanidad. Pero al mismo tiempo, conocimiento y tecnología pueden representar una formidable amenaza contra la vida humana, ya que, incluso bajo la justificación aparentemente recta de servirla, la violentan, la manipulan y la destruyen.
El hombre de nuestro tiempo está sometido a la tentación de erigirse en señor y dueño de la vida, disponiendo sobre ella a todos los niveles: legislativo, sanitario, científico, etc. El recto uso de ese poder, está estrechamente vinculado al modo en que se concibe lo que la vida humana es y lo que significa.
Las características mismas de la cultura contemporánea hacen difícil captar y asumir con todas sus consecuencias lo que la vida humana significa y conlleva. Y a esas dificultades de orden cultural e intelectual se suman las inducidas por mensajes que con interés ideológico, político y económico, presentan de uno u otro modo la vida humana como algo fácilmente manipulable en orden a determinados fines.
Aquí se recogen una serie de artículos que, desde una óptica multidisciplinar (en el Simposio de Teología), contribuyen a la cada vez más inexcusable tarea de promoción de la cultura de la vida.