1ª edición, Febrero 2012
Editorial Tecnos
SINOPSIS
La literatura en una lengua determinada es siempre una obra colectiva. Pero sin duda la literatura latina lo es de una manera especial, por una sabia selección, cada vez más depurada, de un lenguaje y un estilo propios, aprendiendo de la experiencia de otros pueblos sin renunciar a su tradición. La imitación y la crítica se fueron conjugando para perfeccionar una comunicación artística que refleja todavía hoy lo que el pueblo romano antiguo fue y cómo quiso ser.
La desaparición de Roma Como estructura política condenó al olvido una gran parte de las producciones artísticas, cuya variedad fue muy difícil de restituir en los siglos medievales. Reinterpretados sus recursos con criterios y necesidades muy diferentes, aún podemos descubrir por qué aquellas palabras tenían un lugar preciso en una determinada obra o pasaje.
Desde esta perspectiva se comprende mejor el desarrollo de un vocabulario romano para la literatura. Aquellas palabras se llenaban de vida al incorporarse a la corriente del uso, articulaban ideas y sentimientos a disposición de quien deseara revivirlos. El escritor tomaba prestadas palabras, grupos de palabras, modos del género, rendía homenaje a quienes se los habían proporcionado, y los entregaba rejuvenecidos a los que llegarían después. Se transmitía vida en las palabras.