A medida que la globalización nos reúne económicamente,
¿convergen también nuestros valores?
Michael Ignatieff, intelectual de primera fila internacional, emprende un viaje por ocho naciones en busca de respuestas. Las virtudes cotidianas, una propuesta moral original, valiente y persuasiva, presenta sus descubrimientos y su interpretación de los efectos morales de la globalización -y de la resistencia a ella.
A partir de diálogos con brasileños de las favelas, africanos que viven en chozas, granjeros japoneses o pandilleros en Los Ángeles y monjes en Myanmar, Ignatieff se encontró con que, mientras que los derechos humanos son, si acaso, el lenguaje de los Estados y las élites liberales, el lenguaje moral con el que se identifica la mayoría de la gente es el de las virtudes cotidianas: la tolerancia, el perdón, la confianza y la resiliencia.
Estas virtudes cotidianas son el sistema operativo moral en ciudades globales y barrios oscuros por igual, el cimiento que permite el experimento multicultural funcione y, en definitiva, la clave para la reconciliación y la solidaridad, a escala local y global.