El cheque y la transferencia
Henry Cabrillac, jurista enamorado de la vida, de la Naturaleza y de España, forjó su vocación universitaria en el cariño a sus discípulos y en la dedicación a su cátedra. Con los alumnos era un maestro y un amigo; con sus compañeros de claustro, un inolvidable camarada, caracterizado por la cordialidad y el servicio.
En su obra científica fue un nuevo clásico. Sin olvidar el ayer, mantuvo el equilibrio entre los valores conquistados y las realizaciones cambiantes de los presentes tiempos, a fin de ahormar en las instituciones surgen tes de la vida jurídica la seguridad y el progreso.