Premio «Luis Díez del Corral» 2012. El libro se centra en una de las consecuencias más significativas del regalismo ibérico del siglo XVIII, como fueron las expulsiones de la Compañía de Jesús de Portugal y España. A través de sus capítulos, se explica la génesis del proceso de expulsión de los jesuitas en Portugal en 1759.
El análisis de las repercusiones que tuvo en España la expulsión de los jesuitas portugueses desde una doble perspectiva: las consecuencias que se derivaron a nivel diplomático entre Madrid y Lisboa, y la reacción de los jesuitas españoles ante la política antijesuita portuguesa. Las relaciones entre las monarquías ibéricas se fueron deteriorando hasta desembocar en la guerra de 1762, cuyas secuelas se tradujeron en una latente tensión ante la amenaza de nuevos ataques recíprocos hasta la expulsión de los jesuitas españoles en abril de 1767, que supuso un punto de inflexión entre ambas cortes que derivó en el inicio de una colaboración diplomática contra la Compañía de Jesús.
Uno de los aspectos más significativo fue la formación de una coalición católica entre la casa de Borbón y Portugal para conseguir la extinción pontificia de los jesuitas en 1773, centrándose en la actividad desarrollada por el embajador portugués en Roma.