Argelia y su destino
Ni los hombres ni los pueblos avanzan a través del tiempo según las leyes de una evolución acompasada, de la que ofrece la Naturaleza algunos ejemplos. La trans- formación a que está sometido todo lo terrenal se reali- za en dos planos, uno externo, interno el otro, que siendo inseparables obedecen a leyes distintas, cuyos ritmos no se asemejan. Es el plano exterior el que considera preferentemente la Historia. En él se observan saltos y pausas. Son saltos los hechos. A veces, unos suceden a otros con tan riguroso encadenamiento que abarcando un largo período histórico sólo son señalados por una fecha que los compendia a todos. Por el contrario, se da el caso de que muchas fechas no pasan de ser las distintas facetas de un hecho único.
Pero insertadas entre los hechos más o menos destacados, sobrevienen pausas en que todo se remansa en una especie de quietud. Es ese un tiempo que parece no haber existido por no acontecer en él nada concreto y visible desde fuera. Y así, recogiendo las cosas por lo que tienen de movimietno, la biografía de los hombres y la historia de los pueblos se nos antojan una continuada acción, cuando en realidad tanto como acción son inacción e íntima reacción que cuando se sitúa en el plano exterior, o sea el de la Historia según el concepto más usual de la misma, se califica de crisis.
AUTORA: CARMEN MARTÍN DE LA ESCALERA
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