Sociedad dinámica
Suelen pasmarnos las hazañas de la técnica y de sus fuentes nutricias, las llamadas ciencias naturales. No está mal, ni la admiración a que ese pasmo nos mueve es exagerada. Las ciencias de la naturaleza merecen nuestra admiración y nuestra reverencia. Pero sería una locura necia cultivar una orfandad voluntaria e ignorar que nuestra sociedad occidental es hija de dos grandes grupos de ciencias; de dos sistemas de pensamiento, distintos aunque no aislados.
Del prólogo de Nicolás Ramiro Rico