Marcados por su vitalidad, su tono impresionista, su prosa incisiva y afilada, y su capacidad de sorprender y desconcertar al lector, los CUENTOS escritos por WILLIAM CARLOS WILLIAMS (1883-1963), publicados a principios de la década de los treinta, le valieron el mismo reconocimiento que, como poeta, le había otorgado ya el mundo literario.
La atención que en ellos se presta a los detalles cotidianos y la profunda humanidad que reflejan sus personajes -fruto, muy probablemente, de las dotes de observador y conocedor de la psicología humana que tuvo que desarrollar como médico- hacen que sus historias trasciendan el marco temporal y geográfico en que se sitúan, para alcanzar la universalidad que imprimen a sus obras los grandes escritores.
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