Perder(se) para encontrar(se)
¿Y si tu vida no fuera como te la habías imaginado?
¿Y si no tuvieras ni idea de qué camino tomar?
¿Y si ni siquiera eres capaz de ver el camino?
A los 12 años todos nos imaginamos que vamos a tener una
vida de ensueño en la que seremos felices y comeremos perdices
hasta que de un empacho acabemos en el más allá.
Pero a veces no es tan sencillo. A veces abres los ojos y te das cuenta
de que la vida te ha llevado a un sitio en el que nunca pensaste estar,
de que te has perdido y no eres capaz de encontrarte. Y eso me pasaba
a mí. Yo, Carolina Serrano, estaba literalmente perdida.
Perder(se) para encontrar(se)
¿ Qué cómo me encontré? Todavía no sé siquiera si lo he hecho. De lo único
de lo que estoy segura es de que por el camino he ido recogiendo piezas de
mí que estaban rotas y las he ido pegando hasta recomponerme y construir
lo que soy hoy en día.
Perder(se) para encontrar(se)
¿ Qué cómo me encontré? Todavía no sé siquiera si lo he hecho. De lo único
de lo que estoy segura es de que por el camino he ido recogiendo piezas de
mí que estaban rotas y las he ido pegando hasta recomponerme y construir
lo que soy hoy en día.
¿Y si tu vida no fuera como te la habías imaginado?
¿Y si no tuvieras ni idea de qué camino tomar?
¿Y si ni siquiera eres capaz de ver el camino?
A los 12 años todos nos imaginamos que vamos a tener una
vida de ensueño en la que seremos felices y comeremos perdices
hasta que de un empacho acabemos en el más allá.