«Los cuentos de Javier Fernández Gadea se desdoblan, a la manera cortazariana, entre la realidad y la ficción. Bellamente escritos, de vocación errabunda, poseen un reborde de suave humor al tiempo que miran de reojo hacia lo fantástico. Su literatura ahonda en los viajes románticos (o en el romanticismo del viaje) y en el enigma irresoluble de la pareja, ay, vista desde una óptica cercana a la Nouvelle Vague. La aventura de vivir, los lugares de paso (estaciones de tren, hoteles, restaurantes, museos, aeropuertos), la presencia del arte y, de manera destacada, de la fotografía como mecanismo narrativo que nos sirve de trampolín para cruzar al otro lado del espejo; el paso del tiempo, alborotado de fechas, sin una lógica lineal; todo confluye hasta alcanzar la frase final, que no ahoga el cuento, sino que lo expande hacia esa otra dimensión misteriosa que asociamos al temblor de la buena literatura».
Eloy Tizón