Ahora que soy arena
Si antes era roca dura y las olas te han ido haciendo arena,
te toca aprender a ser camino…
Magdalena Sánchez Blesa empezó a escribir a los ocho años rota por la muerte de su padre, al que adoraba. La poesía fue para Magdalena una tabla de salvación en medio de un naufragio
Cuando se encontraba mal, busca un papel y un bolígrafo y drenaba su pena a través de sus escritos. “Escribo, porque acaso si no escribo reviente el corazón de tantos versos”, dice la autora.
Magdalena es poeta de aceras y de patios, de miradas profundas, poeta de los tristes, de los más desolados, de los que no lo están pasando nada bien, de los que sufren, de los que pierden, de los que lo tienen todo y sienten que todo les falta, de los que lloran en silencio, de los que están sólos.
Este es el séptimo libro que escribe, divido en dos volúmenes. Anteriormente publicó “Cosas de niña”, “Yo contra mí”, “Nana para dormir a mis abuelos”, “Instrucciones a mis hijos”, “Balada a mis padres” y “Te necesitas”. Tres de ellos bajo el sello Umbriel Poesía de Editorial Urano.
Ha recorrido casi toda España y gran parte del extranjero (Europa y América) dando recitales y comunicando al mundo la necesidad de acabar de acabar con la pelea y remangarse para trabajar por los demás. “Hemos venido al mundo a ser útiles al prójimo”, dice. “No preguntes a nadie a quién vota, no preguntes a nadie a quién reza”, esa es su filosofía de vid. Si le preguntas qué si es creyente, te dirá: No, soy practicante.
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