La debacle de Occidente Las guerras del siglo XXI
Occidente, o mejor, la cultura occidental, encontró su fundamento en la expansión europea. Gracias a la cultura cristiana, de manera que el concepto de Occidente resulta inseparable de su sustrato cristiano. Sin embargo, el desprecio de sus raíces culturales se ha convertido en el primer motor de un proceso de decadencia de incierto final.
Una deconstrucción que marcha a enorme velocidad desde que Estados Unidos se erige como la potencia globalista .
Se impone en Occidente, toda vez que la Unión Soviética, por su propia idiosincrasia, se destruyó a sí misma.
El dominio estadounidense en el mundo, que se ha venido asentando progresivamente desde el siglo XX, ha traído nuevas formas culturales y ajenas al cristianismo. Se trata de la supremacía hegemónica en forma de Nuevo Orden Mundial que se extiende por Occidente gracias al poder financiero y tecnológico de carácter global. Pero Estados Unidos no lo es todo. China ha estado esperando su momento, de manera silenciosa y constante.
En pocos años, se ha convertido en el oponente inesperado al que una multitud de países no alineados se ha unido. Este escenario, sin defender valores sustantivos y alejado de la cultura judeocristiana que lo sostenía, marca fácilmente el camino hacia la decadencia de Occidente, con signos evidentes de la debacle que Eduardo Olier expone en este ensayo. Aquí, la geoeconomía y la estrategia de guerras provocadas y controladas estratégicamente desempeñarán un papel crucial.
Pronto, los oponentes recogerán las cenizas del imperio occidental y asistiremos al resurgimiento simultáneo de las civilizaciones islámica, ortodoxa, hindú y, por supuesto, la oriental, representada sin falta por China
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