Las primeras historias de los sitios de Zaragoza (1808-1809) fueron escritas o publicadas al final del reinado de Fernando VII (o poco después de su muerte) y corresponden a la versión oficial de los hechos, de la que fueron suprimidos quienes habían sido destacados liberales.
El estudio de la documentación permite conocer que el nombramiento de Palafox como capitán general no correspondió solo a la iniciativa de los labradores, sino que desde su llegada a Zaragoza comenzó a tomar medidas para hacerse con el poder -sin que nada avale que lo hiciese en nombre de Fernando VII, a quien no se refirió en los primeros días- y, cuando lo consiguió, para consolidarlo y deshacerse de sus enemigos.