¿Cómo actuar en la práctica ante un impago? Esta es la pregunta crucial del cobro de deudas dinerarias. El éxito del recobro reside en la capacidad del acreedor para analizar la situación, negociar un acuerdo de pagos razonable y utilizar los instrumentos más adecuados para cada fase de gestión.
Cuando el responsable de recobro de impagos se encuentra ante un cliente que está pasando por una situación de iliquidez transitoria, su objetivo será cobrar la deuda, manteniendo la relación comercial. En cambio, si se trata de un moroso contumaz, deberá iniciar acciones resolutivas para conseguir la recuperación del impagado.
Es muy importante la fase del recobro amistoso, por lo que el acreedor debe convencer al deudor para que pague voluntariamente. El cobro de un impago no es tarea fácil hoy en día, en muchas ocasiones será necesario reclamar la deuda a través de cartas, emails, faxes. Y, además, tendrá que contactar telefónicamente con el deudor y visitarlo personalmente para negociar un acuerdo de pagos.
Asimismo, una vez conseguido el acuerdo con el deudor, hay que documentarlo, ya que como dice el refrán: las palabras se las lleva el viento, por lo que es necesario plasmar el acuerdo en un documento que proteja los intereses del acreedor y refuerce su derecho de crédito.
Esta obra, escrita bajo un enfoque muy práctico, explica los procedimientos más idóneos para el recobro de deudas, a fin de que los lectores puedan afrontar con éxito las situaciones de impago que se les presenten en el día a día.
Su propósito es proporcionar al lector una información completa sobre las técnicas y herramientas adecuadas para realizar la gestión de recobro con el fin de que actúe como un experto en la reclamación de deudas dinerarias y hacer jaque mate a los morosos en pocas jugadas.