La mayoría de empresas, ya sean Pymes o grandes compañías, son verdaderas casas de locos. En ellas nos encontramos con líderes tiránicos que fomentan sus manías. En las interminables reuniones, en vez de discutir acerca de cuestiones prácticas, se sostienen luchas de poder. Los protocolos de trabajo sin sentido son casi siempre norma inquebrantable, aún cuando no exista ninguna prueba de su eficacia. Los presupuestos se rebajan en partidas insignificantes mientras se aumentan en otras no tan necesarias… Y al empleado no le queda otra opción que aceptar las condiciones y resignarse, muy a su pesar.
Y es que no debemos engañarnos. El mundo de la empresa es un campo de batalla rodeado de cadáveres, de enfermos por agotamiento, de expulsados por el mobbing y de engullidos por la empresa. Nadie sabe tan bien como los propios empleados hasta qué punto la locura ha progresado en la empresa. Ellos viven en carne propia si los jefes pierden los papeles o si éstos dirigen las empresas al paredón.
Todos estos testimonios están recogidos aquí, un hilarante relato que puede reflejar la realidad de cualquier empresa, y en el que seguramente te sentirás retratado al menos una vez. O dos.
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