Entre los teóricos del derecho se recurre a menudo a la afirmación de que los principios serían normas vagas y genéricas. Sobre la vaguedad de las normas han sido publicados numerosos estudios, pero en lo que concierne a la genericidad se sabe poco o nada y con frecuencia es confundida con la generalidad. Este volumen pretender colmar esta laguna. Pero éste es sólo el punto de partida de un análisis semiótico bastante más complejo que lleva a una revisitación de la noción de discrecionalidad y a mostrar que no todas las normas genéricas deben ser consideradas principios.
Por otro lado, la genericidad de las argumentaciones de principio resulta ser particular: es una genericidad de segundo orden que permite introducir en el razonamiento jurídico nuevas premisas, sobre todo excepciones, no explícitamente previstas. El volumen concluye con un análisis crítico del concepto de ponderación, mostrando que ésta, si bien designa una práctica bastante difusa entre los tribunales constitucionales de todo el mundo, no es capaz de identificar un método riguroso, objetivo y repetible con idénticos resultados para llegar a una decisión.