El contrato de trabajo no deja de ser un contrato de trato sucesivo y el ámbito socio-económico en el que se inserta la prestación laboral, la organización de la empresa, cuyas necesidades busca satisfacer la actividad mercantil, explican la alta probabilidad de modificación del objeto del contrato de trabajo.
Cuando las partes no se ponen de acuerdo para realizar dichos cambios, entran en juego las facultades unilaterales del empresario para llevarlos a cabo. En los últimos años, además, estas facultades unilaterales de modificación de las condiciones de trabajo, se han ampliado extraordinariamente, presentadas como alternativas de flexibilidad interna, frente a la flexibilidad externa y la destrucción de empleo. Sin embargo, tras la reforma laboral de 2012 (Ley 3/2012, de 6 de julio) es discutible que queden salvaguardados los derechos de los trabajadores y parece prevalecer la libertad de empresa para optar entre medidas de flexibilidad interna o externa, en lo que se podría denominar más bien como un menú a la carta. La presente obra lleva a cabo un análisis pormenorizado y crítico de dichas facultades unilaterales de modificación unilateral de condiciones de trabajo.