Constitucionalismo como Discurso Político
Mi concepto de constitución es de matriz indiscutiblemente ale-mana y debe su configuración al influjo cruzado de dos grandes maestros que he tenido la suerte de traducir y difundir en la cultura política italiana: Otto Hintze y Otto Brunner. Al que se une la continua referencia (tanto de ellos como mía) a Max Weber y también –aunque de manera más articulada y compleja– a Carl Schmitt. En conclusión, podría decir que para mí la constitución es algo que está entre la estructura político-social de una época y la unidad política de una población humana determinada. Un aspecto tal vez un poco más peculiar de mi propuesta interpretativa es la insistencia sobre la componente “doctrinal” del mundo constitucional, que me ha llevado a traducir la constitución en la síntesis doctrinas-instituciones a través de la cual debería poderse caracterizar, de manera históricamente determinada, los distintos elementos de la historia política de los hombres, sobre todo en lo que se refiere a Occidente.
Por lo que se refiere al constitucionalismo, adelanto que este libro termina declarando la muerte del mismo. Se trata sin embargo de una “muerte legal”, ya que es el mismo sujeto el que desaparece. Desde hace más de un siglo se habla de esta desaparición, pero siempre con la esperanza de recuperarlo.