Instrucción sin prejuicios. La necesaria limitación a la recogida de vestigios
La fase previa al juicio oral del proceso penal ha sido concebida, en las diferentes tradiciones, como una fase de investigación. Sin embargo, en la práctica sigue planteando muchas encrucijadas. Su extensión, su encaje procesal y el modo de llevarla a cabo carecen de una sistematización uniforme, y el tiempo la ha ido configurando como una etapa sobredimensionada que todos quieren agilizar, pero sin saber por dónde recortarla. Qué hacer y qué no hacer en esta etapa es un interrogante habitual.
Esta monografía pone el foco sobre la creciente sobreexplotación de la fase previa al juicio oral, con el objetivo de delimitar su finalidad, sus tareas genuinas y los órganos que podrían asumirlas. A lo largo de sus líneas se irá poniendo al descubierto la actual ambigüedad sobre su función epistemológica, que dificulta la optimización del proceso como una herramienta para la correcta determinación de los hechos. El lector hallará también una serie de propuestas para la simplificación de esta etapa, partiendo de que la mayor eficiencia epistemológica del proceso podría exigir una depuración profunda de esta fase procesal.