Que vuestro nombre no se olvide. Mujeres condenadas a muerte en los consejos de guerra franquistas (1936-1945)
El golpe militar del verano de 1936 condujo a una terrible Guerra Civil (1936-1939), que llevó consigo una brutal represión por parte de los sublevados. Fue en ese contexto de guerra y primeros años de posguerra donde las protagonistas de esta obra sufrieron la angustiosa idea de ser fusiladas en cumplimiento de una sentencia con pena de muerte. Sentencia impuesta tras pasar por un Consejo de Guerra en el que fueron acusadas de cometer delito de «rebelión militar» durante la contienda. Pero, al contrario que muchas otras mujeres, que, en efecto, fueron fusiladas, aquellas vieron conmutada la pena capital por treinta años de prisión.
El libro recupera la historia de estas mujeres condenadas de forma injusta y arbitraria por los tribunales militares, víctimas además de una violencia sexuada que las señalaba por supuesta degeneración moral y por su peligrosidad social al haber transgredido los roles tradicionales de género. Consideradas incapaces de desarrollar un proyecto político propio o castigadas por participar subsidiariamente en los delitos cometidos por hombres, sin embargo, no fueron eximidas de ser condenadas a muerte o a largos años de prisión. Víctimas, pero al mismo tiempo mujeres con agencia que tomaron decisiones difíciles y participaron en las luchas políticas de esos años, en el frente y en la retaguardia. Otras, tan solo eran madres, esposas, hijas o compañeras de combatientes republicanos. Ni los avales e informes favorables de «gentes de orden», ni siquiera la retirada de las denuncias o la constatación de su falsedad sirvieron para rebajar significativamente sus penas cuando se procedió a revisar sus penas tras la guerra. Porque el verdadero objetivo de sus jueces y de la maquinaria represora del franquismo era humillarlas y marcar de por vida a aquellas mujeres cuya única fortuna fue no acabar sus vidas ante las tapias de un cementerio o arrojadas a una fosa común como muchas otras.