La forja del extrarradio La construcción del Madrid popular (1860-1936)
El campo madrileño, entre el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, fue el escenario donde se inventó otra forma de modernidad urbana que no es la que más reseñan los libros de historia. En el contexto del crecimiento demográfico de la ciudad, unos aventureros del mercado inmobiliario se lanzaron a vender parcelas de tierra rústica a trabajadores y artesanos de Madrid, que allí levantaron modestas casas donde vivir. Aquello propició el nacimiento de un extrarradio popular e insalubre, que se convertiría en cuna del movimiento obrero madrileño y, más adelante, en baluarte de la resistencia republicana al golpe de Estado del verano de 1936. Mientras la ciudad central se modernizaba al compás europeo, otra iba creciendo pasado el foso de su ensanche burgués en obras, replicando así también la evolución continental: una ciudad popular, poblada por inmigrantes rurales, los nuevos habitantes de la urbe.
Este extrarradio no era de por sí ilegal, pero se movía en una zona gris jurídica que no le otorgaba existencia administrativa. Los habitantes negociaban las condiciones de su permanencia con las autoridades públicas, y también el equipamiento del barrio y su progresiva integración en la ciudad. A ras de suelo, el de la meseta castellana, este libro reconstruye desde abajo la actividad de los hombres y mujeres que dieron origen a esta sociedad popular urbana. Muestra de qué manera sus interacciones con las autoridades públicas siguieron primero los cauces de organización del poder propios de la Restauración, y luego los de las movilizaciones políticas que condujeron al advenimiento de la Segunda República. La forja del extrarradio es también la de la ciudadanía urbana moderna.