Códigos Ambiguos NATALIA ARREGUI BARRAGÁN
La ambigüedad es un fenómeno natural que impregna todo el lenguaje ya que en cualquier manifestación, incluso en cualquier conversación diaria, voluntaria o involuntariamente, emitimos información que puede contener múltiples significados e interpretaciones posibles y, por lo tanto, creamos la necesidad imperiosa en el receptor de seleccionar un significado y prescindir de los restantes.
Esta afirmación podría llevarnos a pensar que la ambigüedad es un obstáculo para la comprensión; sin embargo, la ambigüedad, como el lenguaje metafórico e incluso el retórico, contribuyen a flexibilizar la comunicación, la expresión y el pensamiento, ya que los dobles significados y el lenguaje que se mueve en el terreno de lo indeterminado, enriquecen la comunicación haciéndola más dinámica e interesante.
El objetivo de estas páginas, querido lector, es que reflexionemos sobre la manera en la que se entiende, se interpreta, se traduce y se puede y debe trabajar con la ambigüedad, no solo lingüística, también aquella, mucho más intencionada y esmerada, que sirve para resolver o salir airoso de una situación comprometida.