Pío Baroja. El novelista psicólogo
Pío Baroja, considerado el más importante representante de la novela española de las primeras décadas del siglo veinte, se licenció y se doctoró en medicina, pero prefirió ejercer de novelista a ejercer de médico. ¿Por qué? Porque la medicina no satisfizo su curiosidad por la psique humana. De hecho, su memoria de doctorado sobre el dolor, ya apuntaba a su interés en la mente humana y su mal conocido funcionamiento. De muy joven Baroja se sintió fascinado por los personajes contradictorios y conflictivos de Dostoyevski, sobre el que escribió una serie de ensayos a los diecisiete años. Durante su época de estudiante se puso a escribir cuentos considerados extraños por su intento de captar sensaciones y estados de conciencia inusuales, y a los veinte años ya estaba componiendo novelas en torno a seres que padecían alguna forma de neurosis, novelas que le darían renombre cuando se publicaron años después. La novela fue para Baroja su laboratorio de disección. En ella se dedicó a indagar en la mente humana mediante la creación de personajes inadaptados, perturbados, neuróticos, incluso esquizofrénicos en algún caso. La conducta anómala era para Baroja no tanto una excepción como un claro indicio de fuerzas subyacentes que apenas comprendemos y que afectan a la conducta normal y a la irregular, aunque no nos demos cuenta de ello. En este libro, un reconocido barojista que lleva medio siglo estudiando a ese vasco tan inconformista, celebra el 150 aniversario del escritor pasando revista a las ideas de Baroja sobre el ser humano y el inconsciente según se revelan en sus personajes, y termina por compararlo de forma esclarecedora con Sigmund Freud.