La figura del fiscal es generalmente desconocida y se ignoran gran parte de sus labores, responsabilidades y actuación. A todo ello, hemos de añadir la aparente complejidad de ubicar su esencial papel en nuestro sistema judicial, el desconocimiento de su consideración de autoridad a todos los efectos y su relevación por muchos, de forma indebida, a una posición secundaria respecto de la figura del juez y que no amerita en absoluto.
También nos encontramos en una situación social convulsa y de fuerte desagrado del ciudadano para con sus instituciones, lo cual exige de los servidores públicos un ejercicio de compromiso, honestidad, trasparencia y respeto a los principios que deben regir su actuación. En consecuencia, la presente obra tiene por objeto acercar al lector (con espíritu crítico, lenguaje didáctico y también alguna anécdota) a la institución pública que es la Fiscalía, al sistema español de oposiciones a las carreras judicial y fiscal, a algunos valores morales del servicio público y un conjunto de reflexiones —del propio autor y otros profesionales— acerca de un deseado servicio de justicia público, real, eficiente, de necesaria actualización tecnológica y que permita dar a conocer y destacar la indispensable labor de todas aquellas personas y colectivos que permiten su funcionamiento.
Todo ello, contado desde la óptica más personal y humana como principio rector.
