Un alma para Europa
Este libro abunda en la reconquista de un modelo social, educativo, integrador europeo, que asegure a los herederos de Europa un espacio de desarrollo personal y de comunicación para una ciudadanía más activa que sea capaz de ofrecer un nuevo norte a Europa. A tal fin se destinaron las obras de un amplio elenco de krausistas españoles como Francisco Giner, Adolfo Posada o Fernando de los Ríos, quienes expresaron sus esperanzas, miedos y frustraciones respecto al sentido y destino de Europa y la imbricación de España en ella. Invocamos en el título de esta obra el alma de Europa porque Europa no podría afirmarse como tal, si le faltara un alma de justicia interna, que en la perspectiva krausista se materializa en la igualdad de respeto por todas las personas, el compromiso con la igualdad de la libertad de enseñanza, de expresión, asociación y la libertad de conciencia para todos los ciudadanos, al mismo tiempo que garantiza una serie de derechos sociales y económicos fundamentales que dan vida al respeto por el Ideal de la Humanidad krauseano y que posibilitan las anteriores libertades, convirtiéndolas en algo más que un envoltorio vacío. Con esta admirable doctrina volcada contra la violencia de las guerras y contra la desigualdad social, los krausistas construyeron calladamente los pilares de una Europa Unida. Sus manifiestos y sus declaraciones son el taller en que se forjaron esos valores que han dado forma a lo que hoy entendemos por Europa. Una estupenda hazaña, venida además de los sectores más modernos de una España que pretendía participar activamente en la configuración de la incipiente Europa. Consideramos que estos preciados ideales krausistas han de ser laboriosamente cuidados y estudiados y han de poder proyectarse en calidad de guía para afrontar la realidad embotada de nuestro presente pues, por fortuna o por desgracia, la aspiración krausista supone todavía un reto para las democracias avanzadas que quieren estabilidad y prosperidad y que, aún en pleno siglo XXI, siguen alimentando en su seno la desigualdad más lacerante.