Formándonos para educar aportaciones en investigación e innovación educativa
Hace apenas unos meses un grupo de Homo Sapiens Sapiens decidió refugiarse en una cueva con la insospechada intención de hacer honor al nombre de su especie, es decir, no perseguir sombras ni sacrificar vírgenes, simplemente intentar comportarse como tal: humanos que saben. Dícese de aquellos que pretenden indagar y reflexionar sobre su entorno a través del ejercicio de sus facultades intelectuales. Manos a la obra: se trataba de establecer protocolos, introduciendo principios comunes, conducentes a alcanzar la gloria compartida de formar arcángeles vivos: docentes. Puede que los Sapiens no supieran a qué debían enfrentarse ni qué armas usar, pero escribieron, calcularon, dibujaron y aprendieron que la cueva era su casa, académica su casa, tan ancestral como Atapuerca o tan bella como Altamira. Y todos estos meses los trajeron aquí, al sueño compartido de crear este flujo irreversible de conocimientos, hábitos y valores que encierran las palabras que se recogen en este libro.